Aunque fue inaugurado formalmente el 15 de diciembre de 1951, en realidad este mercado municipal se comenzó a construir en los últimos años de la dictadura gomecista, muy cerca de otro ícono del oeste que el tiempo se llevó: la laguna de Catia.
Su fachada se ha mantenido casi intacta desde entonces (como puede constatarse en las fotos que Luis Felipe Toro le tomó en 1940) y es uno de los referentes del catiense de hoy.



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